La órbita terrestre afecta a la estabilidad de la Antártida
Un equipo liderado por el Consejo
Superior de Investigaciones Científicas, en España, ha descubierto que
existe relación directa entre los cambios de la órbita terrestre y la
estabilidad del casquete oriental antártico, concretamente en el margen
continental de la Tierra de Wilkes (Antártida Oriental). En el estudio,
que se publica en la revista Nature Geosciences, han participado 29
científicos de 12 países.
Este trabajo se basa en el análisis de
sedimentos marinos que fueron transportados por icebergs hace entre 2,2 y
4,3 millones de años, y que se han recogido durante una expedición del
Integrated Ocean Drilling Program. Los datos obtenidos revelan que
procesos climáticos naturales pueden aumentar la respuesta de los
casquetes polares ante cambios de energía relativamente pequeños
derivados de las modificaciones en la órbita terrestre; se pueden
producir subidas y bajadas del nivel del mar de decenas de metros.
El estudio muestra que hace 2,5 millones de
años, cuando las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera
eran similares a las actuales, el deshielo del casquete oriental
antártico era generalizado.
“Este trabajo ayuda a resolver el misterio de
cómo contribuye la órbita de la Tierra alrededor del Sol en la
estabilidad de los casquetes de hielo”, explica la investigadora del
CSIC Carlota Escutia, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra,
que ha liderado la expedición.
“Las emisiones de gases de efecto
invernadero suponen, sin embargo, una aportación energética mucho mayor
que la proporcionada por los cambios en la órbita terrestre”, apunta
Escutia.
Hace millones de años, bajo condiciones de concentraciones de dióxido de carbono altas (como las actuales) y temperaturas del océano un poco más elevadas que las que se registran en la actualidad, los océanos que rodean a la Antártida no pudieron sostener la banquisa. Según destaca la investigadora del CSIC, “la desaparición de este escudo protector permitió que las corrientes oceánicas arrastradas por los vientos penetraran hasta la base de los casquetes, produciendo su deshielo”.
El estudio plantea un potencial deshielo generalizado del casquete oriental antártico en el futuro si no se reducen los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera. (Fuente: SINC)
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